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Proteger la piel de los efectos secundarios de las terapias contra el cáncer

Las terapias contra el cáncer son cada vez más eficaces. Sin embargo, a menudo provocan numerosos efectos secundarios y problemas cutáneos: sequedad, enrojecimiento, picores, ardor, caída del cabello, etc. ¿Cómo puedes cuidar tu piel para reducir estos síntomas indeseables? ¿Y qué rutina de limpieza diaria debes adoptar?

 

¿Cómo afectan las terapias contra el cáncer a la piel?

Los efectos adversos varían según las terapias utilizadas, las dosis y los individuos. Por ejemplo, la radiación a veces provoca reacciones en la piel. Tras dos semanas de terapia, puede aparecer enrojecimiento, llamado eritema, en la zona irradiada. La terapia dirigida y los fármacos de inmunoterapia pueden provocar picores, sequedad, erupciones, etc. La sequedad de la piel, la pérdida de cabello y la caída de este siguen siendo problemas recurrentes con la quimioterapia

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No dejes que los efectos secundarios de la terapia te superen

Los efectos secundarios de las terapias contra el cáncer en la piel pueden ser difíciles de afrontar. Son muy comunes, y a veces afectan la calidad de vida, e incluso pueden hacer que algunos participantes se cuestionen si deben continuar con la terapia en sí. ¿Cómo puedes encontrar el valor para continuar si tu piel arde o pica? Los cuidados adecuados, la higiene y las terapias leves (y, por supuesto, el diálogo con el personal de enfermería) te ayudarán a superarlo.

 

¿Cómo se pueden limitar las quemaduras por radiación?

La radiodermatitis (daños en la piel causados por la radiación ionizante) es el efecto secundario más común de la radioterapia. Para evitar que estas erupciones empeoren, supuren y se vuelvan muy dolorosas, es necesario actuar rápidamente (e incluso de forma preventiva). Las palabras clave son: compresas de agua termal e hidratación post-radioterapia. 

Evita que tu piel se queme durante y después de la radioterapia

Mi madre fue sometida a radioterapia en la pared torácica a raíz de su cáncer de mama. Desde entonces, se queja de dolor y encuentra que ciertas zonas están hinchadas. Ojalá pudiera aliviar su dolor…

Thomas, 27 años
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Cuida tu cuero cabelludo

Otro efecto de la quimioterapia es la alopecia: la caída del cabello. El cuero cabelludo puede entonces volverse sensible o doloroso antes o durante el período de caída del cabello. Un consejo: no esperes a que aparezca la sequedad o el picor para hidratar el cuero cabelludo a diario; hazlo de forma preventiva y protégelo del sol con un protector solar liquido de FPS 50 o superior. 

La quimioterapia también afina y debilita el cabello, que puede volverse más quebradizo de lo habitual. A fin de proteger el cabello, deberás lavarlo con agua tibia, una pequeña cantidad de shampoo suave para cuero cabelludo sensible y dejarlo secar al aire. 

Cuidar el cuero cabelludo durante y después de la quimioterapia 

Aliviar la picazón

El prurito, es decir, el picor, suele estar relacionado con la quimioterapia, las terapias dirigidas y la hinchazón que pueden provocar. Quédate tranquila, que esta necesidad de rascarte suele desaparecer una vez finalizada la terapia. Mientras tanto, te gustaría que te ayudaran a calmar tu piel. Algunas medidas sencillas, como limpiar la piel con un aceite de limpieza, la aplicación diaria de un emoliente y las compresas de agua termal, son excelentes soluciones para ayudarte. 

Aliviar el picor durante la terapia contra el cáncer 

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ASESORAMIENTO AMABLE (Y EXPERTO)

Tu piel se ha vuelto más sensible de lo habitual. Para limpiarla, opta por barras dermatológicas sin jabón y superoleosas, o por aceites limpiadores que calmen la piel y respeten el pH. No utilices toallitas, esponjas ni estropajos de ducha, que pueden irritar la piel sensible. Para secarte, evita frotar, es mejor dar pequeños toques.

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Cuando las terapias producen manchas 

Algunas terapias dirigidas pueden causar manchas y enrojecimiento similares a un brote grave de barros, especialmente en las primeras semanas de terapia. Las zonas con más cantidad de glándulas sebáceas se ven afectadas: rostro, cuero cabelludo, espalda, pecho. Esta situación afecta inevitablemente tu calidad de vida. En cuanto aparezcan las primeras manchas y signos de enrojecimiento, se debe limitar el riesgo de proliferación bacteriana mediante una crema o loción protectora a base de cobre y zinc. Si es necesario, una crema o un bálsamo restauradores calmarán tu piel. 

Calmar las erupciones acneiformes durante la terapia contra el cáncer 

Durante las terapias, vigila tus manos y pies

Algunas terapias contra el cáncer debilitan los pequeños vasos sanguíneos de la piel de las manos y los pies. Algunas quimioterapias pueden provocar el síndrome mano-pie (o eritrodisestesia palmoplantar en términos médicos). El resultado es el enrojecimiento, la sequedad, las grietas y el dolor en las zonas de apoyo… Por lo tanto, es importante hidratar las plantas de los pies y las palmas de las manos desde el inicio de la terapia. Y no olvides la salud de tus uñas, que también están expuestas. Te lo contaremos todo. 

Cuidar las manos y los pies durante la terapia contra el cáncer 

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Respondemos a tus preguntas

Estamos aquí para ayudarte a distinguir la realidad de la ficción.

Esto es cierto. Algunas terapias (ciertas moléculas de terapia dirigida y quimioterapia) pueden hacer que tu piel se vuelva más sensible a los rayos UV. Es importante limitar la exposición al sol, usar ropa que cubra la piel y protegerse con un factor de protección solar de 50 o más.

Esto es falso. Aunque sientas que el calor te alivia, este efecto es solo temporal. De hecho, aumenta la sequedad de la piel y reactiva la irritación. En lugar de eso, dúchate a una temperatura de entre 32 y 34 °C.

Esto es a la vez verdadero y falso. Con algunas moléculas, esto es inevitable. Sin embargo, parámetros como la dosis, el ritmo de administración y la susceptibilidad individual pueden limitar esta pérdida. El uso de una gorra fría también ayuda a prevenir la alopecia.

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