Piel sensible
Cualquiera que sea el tipo de piel, existen diversos factores que pueden desencadenar o favorecer una sensibilidad excesiva.

¿Qué es la piel sensible?
- La piel sensible natural: la piel es fina, clara, a menudo un poco seca; se descama en la superficie, se enrojece con facilidad (tal vez un comienzo de cuperosis).
- La piel sensible reactiva: el frío, el sol, el viento, productos de cuidado y limpieza incorrectos que afectan a una sensibilidad especial en la piel. Un peeling, una intervención con láser puede llevar a cabo la piel a reaccionar rápidamente.
- La piel sensible ocasionalmente: una afección cutánea, como una dermitis seborreica, una acné rosácea, cualquier situación que aviva la sensibilidad de la piel
CADA TIPO DE PIEL CON SU SENSIBILIDAD
- Piel seca y muy seca: debilitamiento de las funciones protectoras, aparición de arrugas,
- Piel deshidratada: tirantez e inconfort.
- Piel sensible al entorno: reacciones inmediatas ante la menor contrariedad.
- Piel mixta o grasa: pequeñas zonas brillantes sobre los costados de la nariz y los pómulos,

Sensibilidad o Intolerancia, una pregunta de nivel.
Diferenciar: piel sensible y piel sensibilizada.
Piel sensible: la piel pica, se siente tirante. Reacciona excesivamente al viento, al frío, a productos inadaptados oa una limpieza demasiado enérgica, oa una agua demasiado dura.
En ocasiones esta sensibilidad está exacerbada; los productos cosméticos hidratantes habituales no logran calmarla. Ya no soporta nada. Se vuelve alérgica.
Desde ese momento la piel pica y está tirante, presenta rojeces y se descama.
Piel sensibilizada: ciertas intolerancias a productos de higiene o de cuidado son, hecho, verdaderas alergias responsables de un eczéma o de una urticaria. Importante consultar al médico para buscar con él la causa de esa alergia.