El sol es una presencia calmante constante y una fuente de bienestar en nuestras vidas. La estrella del sol, 109 veces más grande que la Tierra, proporciona la energía y la luz necesarias para la vida en la Tierra: a través de la fotosíntesis para las plantas, y de la vitamina D para nosotros los humanos.
El sol nos llega a través de sus rayos, especialmente los UV, que constituyen más de la mitad del espectro solar. Estos rayos son los que entran en contacto con nuestra piel, ya sea para bien (cutis sano, eliminación de algunas enfermedades de la piel) o para mal (quemaduras solares, envejecimiento de la piel, alergias, mayor riesgo de cáncer de piel, empeoramiento del acné, etc.).
El sol tiene cosas buenas y malas, por eso debemos practicar la moderación y por eso la exposición al sol y la protección solar deben ir de la mano. Es importante conocer las reglas de la exposición al sol y las buenas prácticas que hay que adoptar desde pequeños para disfrutar de los beneficios del sol con total seguridad. La protección solar, ya sea con ropa o con un protector solar de alto factor, es la única manera de proteger su valiosa capacidad para resistir los daños del sol. Recuerda que solo tienes una oportunidad.