Proteger la piel de los niños
La piel de los niños es más frágil.
Pero, ¿por qué los niños reaccionan de forma diferente al sol?
• En los niños, la capa superior de la epidermis es más fina que en los adultos, lo que la hace más vulnerable al daño celular inducido por el sol
• Los niños siguen creciendo. Sus cuerpos aún no han desarrollado mucha resistencia al sol y su piel es inmadura, con un sistema de pigmentación que aún se está desarrollando
• Su piel es muy reactiva a los productos que utilizan. Necesitan una protección solar adaptada a su edad y a su piel sensible
Los niños: objetivos vulnerables bajo el sol
Los niños son objetivos vulnerables cuando se exponen al sol. En primer lugar, están más expuestos al sol por su estilo de vida, y su piel es también más frágil.
Estilo de vida con exposición al sol
En el colegio, en el patio, el fin de semana en el parque, en la playa de vacaciones... Tus hijos están expuestos al sol con mucha frecuencia, ya que pasan una media de 10 horas a la semana en el exterior cuando están en el colegio.
Su piel, aún frágil, es más propensa a ser dañada por el sol si no se protege adecuadamente, lo que los hace más susceptibles.
Desde el nacimiento, entre el 50 y el 80 % de nuestra capacidad para resistir el daño solar del total de la exposición al sol que experimentaremos en nuestra vida se agota antes de los 18 años. Cuidado con el efecto mariposa cuando se trata del sol: una quemadura solar en la infancia puede provocar un cáncer de piel años más tarde en la edad adulta.
Cuidado: sin exposición al sol para los bebés
En la edad del recién nacido es cuando las quemaduras solares son más peligrosas. Existen varias razones para ello:
• la piel sigue siendo frágil,
• el bebé aún no sabe regular su temperatura corporal,
• las quemaduras solares pueden afectar a toda la fisiología,
• existe un riesgo de deshidratación o hipertermia (aumento de la temperatura corporal).
Un bebé de menos de un año no debe dejarse nunca al sol, ni siquiera durante un breve periodo de tiempo. Quince minutos a la sombra bajo una sombrilla son suficientes para dar a tu bebé la vitamina D que necesita para crecer y desarrollar unos huesos fuertes.
Las medidas adecuadas para protegerse de los efectos nocivos del sol
Nunca es demasiado pronto para enseñar a tus hijos buenas prácticas de exposición al sol. Conocer (y respetar) las reglas de la exposición al sol es la única manera de disfrutar del sol con seguridad.
Ten en cuenta la hora del día en que te expones al sol
“¿Cuándo puedo ir a jugar al sol con mis amigos?” Aunque tu hijo se impaciente, es muy importante evitar las horas de máxima luz solar entre las 11 y las 16 horas, cuando el sol está en su punto máximo en el cielo y sus rayos UV son más peligrosos, especialmente en la playa, donde la arena refleja el sol. Ya sea que los distraigas con una sesión de coloreado o una siesta, ¡depende de ti encontrar actividades alternativas!
Protege a tu hijo con ropa
La ropa es una de las mejores formas de proteger a los niños del sol durante los desplazamientos. Busca mangas largas, tops que cubran los hombros, pantalones y sombreros de ala ancha.
Protege los ojos de tu hijo
Al igual que la piel, los ojos de los niños no han madurado y son especialmente sensibles a la radiación. Por eso se recomienda equipar a tu hijo con gafas de protección UVA certificadas y adaptadas a la forma de su rostro. Cuanto antes acostumbres a tu hijo a llevar gafas, más fácil le resultará soportarlas.
Aplicar una buena protección solar
Es importante aplicar regularmente y de forma generosa protector solar con al menos FPS 50 a la piel de los niños, y reaplicarlo al menos cada dos horas, sobre todo porque hay muchas oportunidades para que se quiten la crema protectora: nadar, jugar, sudar, por nombrar algunas de las favoritas. Los niños de hoy son los adultos de mañana, por lo que es importante enseñarles buenas prácticas de protección solar desde una edad muy temprana.
Asegúrate de que tu hijo se mantenga hidratado
Es posible que los niños no siempre piensen en mantenerse hidratados cuando corren y juegan al escondite al aire libre. Es muy importante que tu hijo beba mucha agua cuando esté al sol para evitar la deshidratación.
Evitar la exposición directa al sol
Si es posible, elige actividades a la sombra y evita la exposición directa al sol. Así que puedes disfrutar de la playa, por supuesto, pero lleva una sombrilla. Pero cuidado: ¡la sombra no significa protección cero! Ten en cuenta la radiación UV indirecta.
Reconozcámoslo, los niños no son grandes aficionados al protector solar.
Aquí tienes algunos consejos para ayudarte:
- Aplica primero el protector solar en el cuerpo y termina con el rostro. Haz que la aplicación del protector solar sea divertida.
- Pon la cantidad necesaria (por ejemplo, 2 gotas para el brazo*) en la palma de la mano.
- Pide a tu hijo que coja una pequeña cantidad con la punta de los dedos y se la aplique en pequeños puntos en el rostro y el cuerpo para que parezca una mariquita o un leopardo.
- A continuación, extiende la crema de manera uniforme por todo el cuerpo.

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